Con la instalación de un descalcificador conseguimos bajar la dureza del agua de la red pública. Este agua blanda protege de la acumulación de cal en instalaciones y grifería, en todos los electrodomésticos que utilizan agua, calderas y acumuladores, evitando así las averías causadas por el exceso de cal. También mejora notablemente la ducha y el baño, proporcionando un agua suave para piel y cabello.